Este post me gustaría empezarlo contándote una pequeña historia:
“Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda piedra. Algunos pasaron simplemente dando una vuelta. Muchos culparon al rey por no mantener los caminos despejados, pero ninguno hizo nada para sacar la piedra del camino.
Un campesino, que pasaba por allí con una carga de verduras, la vio. Al aproximarse a ella, puso su carga en el piso y trato de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, con gran esfuerzo, lo logró. Mientras recogía su carga de vegetales, vio una bolsa en el suelo, justo donde había estado la roca.
La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey diciendo que el oro era la recompensa para la persona que removiera la piedra del camino.
El campesino aprendió ese día que cada obstáculo puede estar disfrazando una oportunidad.”
Cada uno de tus días tendrá un obstáculo distinto
Ahora me gustaría hacerte una pregunta antes de empezar a explicarte una pequeña parte de la vida que te afecta a ti y a todas las personas de este mundo que no es ni más ni menos que la manera en la que afrontar los obstáculos.
¿Cuántas veces has dejado escapar una oportunidad por miedo a fracasar o por no querer hacer un esfuerzo? ¿Te has dado realmente cuenta de que muchas son las ocasiones en nuestra vida en las que tenemos muy buenas oportunidades pero el miedo y las dudas no nos dejan avanzar?
La historia que he querido elegir para acompañar este post me encantó cuando la leí y por eso la comparto contigo. Con ella lo que pretendo también hoy es invitarte a afrontar todos los retos, todos los objetivos que nos propone la vida puesto que no hace falta que te diga que las oportunidades a veces sólo suceden una vez en la vida pero imagina: ¿no sería increíble poder aprovechar todas y cada una de ellas? ¡Aprendiendo de los errores, sin miedo, sin dudas, afrontando lo que realmente es VIVIR!
Todos los días será un desafío pero tu serás el que decida como afrontarlo… Muchas estoy seguro que serán las ocasiones en las que te sentirás muy cansado o decepcionado para poder seguir ¿no es así?. Hoy simplemente quiero que te relajes y disfrutes leyendo lo importante de tener retos que cumplir porque nuestra vida es eso, un camino constante de objetivos y que sólo si nos atrevemos a superarlos estaremos viviendo con el 100% de nuestro corazón y en consonancia el 100% de toda nuestra vida, simplemente nosotros decidimos como queremos exprimir nuestras 24 horas diarias y nunca sabemos cuando al retirar una piedra obtendremos un gran premio.
Hoy quería compartir esta historia puesto que me encanta la manera en la que a veces vivimos las personas que yo las diferencio en 2: piloto automático o marcha manual. ¿Qué hay de diferente en cada una de ellas?
Vivir la vida con el piloto automático encendido
¿Cuántas veces hoy has notado que respirabas de una manera consciente? ¿Y cuántas te has parado y has sentido como tu sangre fluye? Realmente… ¿Cuánto tiempo has dedicado a ti hoy? A veces es tal nuestro día a día que aprendemos a vivir en piloto automático y dejamos muchas cosas importantes en el otro lado de la vida como por ejemplo a nosotros. Vivir en piloto automático no es más que acostumbrar a nuestra mente a hacer una acción determinada repetidas veces, es ahí cuando nuestro cerebro se esfuerza cada vez por esforzarse menos y es justo en ese momento en el que comienza a dejar de saborear ese algo que quizá algún día te costó tanto conseguir.
Vivir la vida con el 100% de nuestro corazón
Es bonito levantarse pero si además te levantas con la sensación de estar 100% vivo es increíble. Vivir con el total de tu corazón no es más que disfrutar de cada uno de los momentos que te da la vida, de afrontar todos y cada uno de los retos que te presenta en tu día a día sin poner excusas como el mañana lo haré.
Hoy te invito a hacer un experimento que probé a hacer yo mismo hace unos 3 meses y que me ha dado un resultado increíble para llevar esto todavía más a la práctica:
- Cambia el “pero” por el “Y”: No es más que cambiar nuestra manera de comunicarnos con nuestro cerebro y sacarlo de esa famosa “zona de confort” de la que todo el mundo habla. Un ejemplo claro es: “Tengo que empezar a correr pero tengo que trabajar.” ¿Te suena? Has simplemente de cambiarlo por: “Tengo que empezar a correr y tengo que trabajar” en este caso estaremos mandando a nuestro cerebro que tenemos que hacer las dos cosas y no tiene que elegir entre ninguna.
- Cambia en tu vocabulario el “intentar” por el “voy a”. No es lo mismo decir voy a intentar volver a entrenar que voy a volver a entrenar. ¡¡Tu mente necesita acción!! Es un experimento que he hecho ya con varios clientes y todos me han dicho que esto les funciona, que ponen una acción del 300% en su día a día y que les hace conseguir sus metas mucho más rápido. ¿Te atreves a probarlo? Y recuerda algo muy importante: cuando haces no intentas por lo que si estás entrenando y fallas no has intentado entrenar, has entrenado pero has fallado y no es nada malo, simplemente debes de volver a hacerlo.
Con esto te aseguro que tu mente empezará a cambiar y harás todavía más de lo que hoy en día a haces. Esos objetivos que a diario tenemos los verás como apetecibles y sobretodo conseguirás dejar un poco de lado ese piloto automático del que hay que salir de vez en cuando para saborear todo lo que la vida nos regala.
¿Preparado para vivir el 100% de tu vida poniendo el 100% de tu corazón? ¡Estoy seguro de que lo harás.
Es verdad Carlos, gracias por compartirlo… Con el piloto automático me estoy conformando con un cinco pelado y yo quiero un diez en la asignatura de mi vida… Y como depende de mí conseguirlo… Me aplico más, y pongo más pasión y corazón, desde ya mismo
GRACIAAAAAASSSSSSSS
Si pones pasión y el 100% de tu corazón en aquello que quieres no dudo de que lo conseguirás. ¡La #actitud marcará la diferencia! Encantado de que te haya servido Rosario. ¡¡Te espero en el siguiente post!!